Estamos en el Centro de Conexión del Circulo Sananda, para la Iluminación Encarnada, Afiliación Global de Maestros de la Nueva Energía...
Bienvenidos.
Un saludo en el alma para todos.
Primeramente, quiero dar las gracias a Fundación Vida Consciente por este encuentro. A su presidenta y su directiva, y por supuesto a cada uno de sus socios quienes hacen posible este encuentro. Quiero agradecer también a quienes colaboran con la parte técnica, para que tengamos un buen sonido y una buena imagen. Como también especialmente a los socios voluntarios que se encargan de preparar y organizar la pausa tan necesaria, donde podemos compartir una agradable merienda con aportes en café, galletas… y también a los socios voluntarios y miembros de la directiva, quienes terminado este encuentro, se encargan de ordenar todo, tal como lo hicieron mucho antes que ustedes llegaran.
Gracias y Bendiciones.
El titulo que hemos escogido para esta ocasión es: Somos Luz... solo debemos darnos cuenta.
Y, de corazón a corazón vamos a compartir algo que para la mente puede ser mucho tiempo, las siete de la tarde, hasta las nueve de la noche, y puede que para la mente sea mucho tiempo como les decía, no obstante vamos a vivir una experiencia que está fuera del tiempo, con la que para cada uno de nosotros y para mí estas dos horas que repito para la mente puede ser mucho tiempo, va a ser prácticamente nada, va a transcurrir una forma fugas, aunque de una forma tan intensa y os pido que la mayoría de lo posible en la medida en que vuestro corazón así lo vaya sintiendo, no estéis tan pendiente de mis palabras o de la información mejor dicho que mis palabras lanzan sino de la vibración de mis palabras.
No tanto de la información como de la vibración, porque ahí es donde realmente estamos conectados.
A lo largo de este encuentro repetiré con insistencia lo que me han escuchado decir en muchos otros eventos, nadie es maestro ni guía, eso se ha acabado, ha formado parte de nuestra experiencia evolutiva en esta vida física en la cadena de vida físicas y reencarnación que es la nuestra y de la humanidad, pero eso se ha acabado. Hemos llegado a un momento en donde lo único que hacemos entre todos es recordar lo que somos y cada uno lo está recordando en función de su proceso consciencial y evolutivo, a su forma, a su ritmo… a su manera como lo diría Frank Sinatra, cada uno esté recordando lo que somos a su manera y creo que es importante que recordando cada uno lo que somos por su propio camino, por sus propias experiencias, a su propio modo lo pongamos en común y lo compartamos. Yo me limito a compartir esta tarde, con cada uno y conmigo mismo, a compartir aquella parte del recuerdo de lo que somos.
La conciencia es una, todos somos uno cuando se tiene una vida consciente como dice muy bien el nombre de la Fundación que organiza este encuentro y en ese sentimiento de unidad nos vamos a encontrar en la tarde de hoy.
Es también creo, importante, significativo recordar en ese proceso de recuerdo, el momento de arranque de la charla que siendo todos uno, siendo todo unicidad, la unicidad sin embargo se expresa y se manifiesta en la diversidad esa es la grandeza de la unidad, que somos lo que somos. Es una unicidad que es consciencia pura y es amor puro y precisamente al ser consciencia pura al ser amor puro no se expresa ni se manifiesta en la uniformidad sino que se exprese y se manifiesta en la diversidad esa diversidad tiene como fundamento el libre albedrío y el libre albedrío es un fruto directo del amor, de ahí que el respeto tenga que ser máxima en los procesos concienciales y evolutivos de todos. No los hay ni mejores ni peores ni más listo y más tonto. Cada ser humano, forma parte de la unicidad. Y esa unidad se expresa en una diversidad que se basa en el amor, que se basa en el libre albedrío y que tiene como consecuencia que cada uno nos contemplemos como algo individual aunque realmente no lo sepamos y en esta percepción de individualidad, desplegamos nuestras experiencias encarnacionales. no en la individualidad sino la más absoluta diversidad.
Entender por tanto que lo que está viviendo aquella persona lo estoy viviendo yo dentro de la unicidad, que el ego aislado cra esa sensación de fragmentación, esa sensación de que aquello esté viviendo el otro no lo estoy viviendo yo, pero realmente no es así, lo que esta viviendo el otro, lo estamos viviendo todos, lo estamos viendo todos a la vez dentro de esa maravillosa unicidad que repito, es conciencia pura, es amor puro y también en estos momentos de arranque quiere utilizar un término que nos ha venido básicamente de las corrientes espirituales orientales pero que ha calado ha calado en occidente ha calado entre nosotros me refiero al término de iluminación. Hoy vamos a compartir sobre la iluminación y de antemano quiero compartir con vosotros dos cosas con relación a la iluminación en primer lugar que la iluminación tiene como fundamento en darse cuenta de que somos luz, por sobre cualquier conjetura humana, que la vida continua después de la muerte, que la muerte no existe, y que somos seres divinales, esa es la única definición posible de la iluminación el darse cuenta que ya estamos iluminados.
La iluminación no hay que buscarla, la iluminación no se encuentra ningún sitio al que tengamos que ir, la iluminación es lo que somos y somos luz, somos seres infinitos eternos y divinales lo único que tenemos que hacer es darnos cuenta, y ya está. No hay que ir a ninguna universidad a conseguir ningún título, no hay que ir a ningún sitio a hacer no sé que de hecho no hay que hacer nada lo único que tenemos que hacer es darnos cuenta. Es como si estuviéramos buscando la nariz y buscando la nariz no fuéramos por ahí, dónde está mi nariz, dónde puedo encontrar la nariz, la nariz está exactamente delante tuya, está en ti eres tú, lo único que tiene que hacer es percibir darse cuenta de que esté aquí, no lo ves con tus sentidos físicos corpóreos mentales, pero está en ti y la iluminación somos nosotros no hay que esforzarse en que hay que trabajar por ella de hecho cuando más nos esforcemos más, trabajamos mas por conseguirla, más nos alejamos, porque nos alejamos de lo que somos.
Buscamos cosas fuera y no no hay que buscar nada fuera lo único que tenemos que darnos cuenta lo que ya somos y muchas veces no sucederá si primero buscas fuera, nos ponemos capas, nos ponemos disfraces, nos llenamos de las estres y de cargas y esos lastres, esas cargas esos disfraces, esas capas nos impide percatarnos de lo que somos.
Ahí precisamente ésta la iluminación. No obstante también me gusta compartir en la vida cotidiana, en la vida práctica, en el día a día esa iluminación que es innecesaria de buscar porque ya lo somos, esa iluminación tiene una plasmación la mejor forma de ver de percibir de percatarse de darse cuenta de que una persona entrecomilla se ha descubierto a sí misma, se ha dado cuenta de que ya está iluminada se ha dado cuenta de su luz. Se ha dado cuenta de su divinidad la mejor manera es ver a su vez como esa persona ve la vida como esa persona se interrelaciona con la vida, como esa persona como ustedes o como yo, conectamos con la vida, pero con la vida cotidiana, con la vida diaria con cada instante, con amor cada momento de cada día.
Y aquella persona que entre comillas se ha iluminado por qué ni más ni menos se ha dado cuenta de lo que es esa conexión, esa interacción con la vida, la llevó a cabo a través de algo tan simple, de algo tan elemental, pero que para la mente es tan complicado… la mente no deja vivir sin quejas…
Esa es la única plasmación posible en la vida cotidiana de iluminación vivir sin quejas. Darse cuenta de que no hay ningún ningún mundo mejor posible que el que ya tenemos. Darse cuenta de que la vida, la nuestra, bajo ningún concepto puede ser mejor delo que ya es. Vivir sin quejas, sin quejas ante nada, sin queja por nada. Esa actitud y esa experiencia, esa práctica cotidiana de vivir sin quejas conlleva inexorablemente una enorme confianza en la vida. El vivir sin queja puede ser un tema intelectual, ah, oye, me enterado de que la iluminación se plasma en vivir sin queja, es decir, ya no me voy a quejar por nada… pero claro, ese no quejarse por nada puede ser simplemente un voluntarismo mental. Para qué vivir sin queja sea una realidad y una práctica no intelectual sino real ese vivir sin quejas, tiene que basarse en la confianza:
Confiar absolutamente en la vida.
Confiar en que la vida es amorosa.
Confiar en que la vida siempre nos abraza.
Confiar de que cualquier cosa que ocurra, cualquier cosa que pase, cualquier cosa o circunstancia que acontezca en nuestra vida, que venga a nuestra vida aunque a nuestra mente le cuesta trabajo entenderlo, lo estamos creando nosotros mismos, la estamos generando nosotros mismos, lo estamos provocando nosotros mismos, lo estamos atrayendo nosotros mismos y lo estamos haciendo sólo y exclusivamente para impulsar nuestro proceso consciencial y evolutivo.
Estamos aquí, para impulsar el recuerdo de lo que somos. Seres Espirituales y divinos, esencialmente seres de Luz consciencial y álmica, solo debemos recordarlo y expresarlo conectando con lo verdadero, por algo tan simple y tan grande… por algo que ni las escuelas de misterio revelaron a través de la historia. Porque lo grande, lo universal, lo grandioso, esta en las cosas simples, oculto como un caracol bajo una hoja… Ya hablamos de las células del corazón en nuestro encuentro anterior, en las células emocionales… pues bien, ellas, las células del corazón solo conocen una sola verdad, ¿saben por que ellas pueden llegar a sanarnos de lo que sea, de la enfermedad que sea y al mismo tiempo de producir una vibración de sanación para que otro ser se sane…? Simplemente porque ellas… confían en la vida… ese es el misterio, eso es lo simple que irradia una luz enorme y divina. Confían en la vida…
Ya está… aquí, de hecho, podríamos terminar este encuentro porque no hay mucho más que decir. Lo esencial es confiar en la vida. Y eal percatarnos, al darnos cuenta de que todo lo que acontece en mi vida y en la nuestra lo estamos creando cada uno de nosotros tiene su porqué y su para que, ineludiblemente, irreversiblemente enclava el desarrollo de nuestro proceso conciencial y evolutivo, para impulsar el recuerdo de lo que somos, y por tanto una enorme confianza en la vida.
La vida no es un francotirador que se está esperando en cualquier esquina para darnos un tiro. La vida no es lo que hemos imaginado desde la mente. Algo hostil, algo que tiene momentos agradables pero que tiene también momentos desagradables. Algo que cuando mejor estábamos nos sorprende con una mala noticia eso no es la vida esa es la interpretación mental de la vida, eso es como vemos la vida cuando la queremos ver a través de la mente. Pero la vida no puede ser vista a través de la mente. La vida, lejos de interpretarla a través de la mente, tiene que ser vivida, vivida desde el corazón y vivida desde la sensibilidad, vivida desde la empatía, vivida desde claves que no tienen nada que ver con la mente, y cuando se vive la vida, si, vamos dejando la mente un lado, es más, permitiendo que la mente nos abandone, vamos a hablar de ello cuando se vive la vida. Así es cuando nos damos cuenta de que la vida es el milagro de que no hay milagros, sino que la vida es el milagro y que la vida merece toda la confianza, y que la vida de cada uno la estamos creando permanentemente nosotros en el impulso de nuestro proceso conciencia y evolutivo.
Y esa confianza provoca aceptación una aceptación intelectual, una aceptación profunda de que todo lo que acontece en nuestra vida, de todo de aquello que nuestra mente llama algo bueno y aquello que nuestra mente llama algo malo por ejemplo de la salud y de la enfermedad, del acompañamiento y de la soledad, todo, todo, todo se acepta y se comprende desde la enorme luz del alma que esta por sobre la mente, y todo por tanto cambia porque ahora hay una enorme confianza y sabemos que si eso está ocurriendo en nuestra vida lo estamos creando generando, provocando y atrayendo nosotros mismos para recordar lo que somos, para recordar nuestra habilidad para conectar con la luz y para darnos cuenta de que ya estamos iluminados. La única razón por la que nos cuesta entrecomilla tanto trabajo darnos cuenta de esto, es porque utilizamos demasiado la mente. La mente es un maravilloso ordenador que tenemos en la cabeza, es un ordenador prodigioso pero sirve para lo que sirve.
Yo me imagino que la mayoría de las personas tiene un computador, o un celu, y es posible que ya no solamente un ordenador sino toda la gama de utensilio de tecnología de nueva generación que están proliferando, la tablet y la multitud de instrumentos tecnológicos que están reemplazar la mente, pueden dar un servicio a la mente de utilidad pero de verdad, yo no me imagino a ninguno de nosotros sentando delante del ordenador o cogiendo la tablet entre las manos y preguntándole… me enamoro o no me enamoro de esta persona… es el amor de mi vida esta persona o no es el amor de mi vida, este trabajo me conviene no me conviene, dejo a mi pareja no la dejó. Ese tipo de cosas no se lo preguntamos a un utensilio tecnológico no se lo preguntamos un ordenador. Sería absurdo.
Pues bien, la mente es un instrumento tecnológico de ultísima generación que tenemos a nuestra disposición. Nos sirve para vivir el día a día, para saber dónde tenemos que ir, para manejar el auto para llegar a la cita con el amigo, para llegar al trabajo… nos sirve para comunicarnos, nos sirve para hablar, nos sirve para escribir, nos sirve para programar cosas que tenemos en la agenda… no estaría aquí si no tuviera una mente que, conjuntamente con la de Felipe y la Fundación ha hecho posible este encuentro. La mente tiene multitud de funcionalidades, nos ayuda a pensar, genera pensamiento, nos sirve para crear intelectualmente. Tiene ademas otras muchísimas prestaciones, pero… pero… solamente sirve para eso, que siendo muy importante, es sólo eso. La mente no sirve para ver la vida, la mente no sirve para entender la vida. Y aquel ser humano que se empeñe en contemplar la vida en verla y entenderla a través de la mente está condenado al sufrimiento inexorablemente. Está condenado al sufrimiento por una razón enormemente elemental, la mente como instrumento de ultísima generación tiene unas unas características operativas… se comporta y funciona respondiendo unos determinados programas o creencias, que determina su sistema operativo. Pues bien, en ese sistema operativo la mente tiene una característica muy singular y que simplemente tenemos que darnos cuenta y esa característica singular es que ve todo torcido. La mente todo lo ve torcido.
Cuando a la mente se le hacen preguntas sobre la vida, sobre el cómo ve la vida, cómo entiende la vida y esa pregunta no le corresponde responderla la mente, eso corresponde al corazón. Pero cuando se lo planteamos a la mente que sepamos de antemano que la mente su respuesta va a ser algo banal porque para la mente siempre hay algo que va mal, siempre hay algo que deforma pues es parte de su sistema operativo y lo que de verdad es bastante estúpido, perdonen la palabra, es tomando consciencia de que la mente funciona así, seguir empeñados en preguntarle a la mente sobre la vida porque la respuesta ya la tenemos por adelantado… esto no va a salir bien… algo esté torcido algo va mal… porque para la mente siempre hay algo que va mal…
Aquí habemos mas de una docena de personas. Entre nosotros habrá gente entre comillas con más problemas y habrá gente entrecomilla con menos problemas. Si tuviéramos tiempo y pudieran persona por persona ir pasando por este sillón y sentarse aquí yo le pediría a cada uno que durante cinco minutos en silencio, estuviera atento a lo que la mente va lanzando y la mente empieza a sacar problemas. Hagan la experiencia mañana por la mañana. Sentados en silencio verán cómo la mente trae a vuestra memoria un problema… y es curioso porque aquel que tenga un problema muy grande, una enfermedad propia o una enfermedad grave de un ser querido, ese problema lo va a traer a la mente, a la cabeza, pero aquéllos entre nosotros y que no tenga un problema grande, la mente va a seguir trayendo un problema a la cabeza, comparado con el de otros era un problema de un nivel muy bajo, insignificante, pero la mente siempre va a encontrar un problema, siempre, tanto que cuando no los h, si no los hubiera, se preguntaría que porque no los hay y argumentaría que es el presagio para algo…uf, así de grande…
Lo bueno que si esto lo vamos haciendo con cierta frecuencia a lo largo de nuestra vida es muy divertido porque ese problema grande esos dos problemas grandes esos tres problemas grandes que teníais con el paso del tiempo con la evolución desaparecen, pero sentados en silencio la mente va a seguir trayendo a nuestra cabeza un nuevo problema…
Un problema que cuando tenía tres grandes no aparecía, pero que cuando desaparecieron, aparece ese problema de cuarto nivel de quinto nivel de sexto nivel de octavos nivel…
Da igual, la mente siempre sirve para enfocar problemas, porque para la mente siempre que le preguntemos por la vida, la respuesta va a ser siempre la misma, algo va mal, porque la mente la vida la ve torcida. El ejemplo que me gusta poner es un vaso de cristal lleno de agua transparente y cristalina y una bombilla que estén utilizando para tomar refrescos, el vaso de cristal lleno de agua y la bombilla, metemos la bombilla en el vaso de agua como veis la bombilla…? hagan la prueba si no lo habían hecho y alguna vez. Visualmente la bombilla se ve torcida se tuerce, pero es un efecto óptico es un efecto visual, es simplemente un efecto visual.
Pues bien la mente en su funcionamiento provoca lo mismo, hace que veamos la vida torcida hace que veamos las cosas torcidas, pero no es verdad simplemente no es verdad, no es verdad que algo en nuestra vida vaya mal, eso no es así, todo en nuestra vida es exactamente como corresponde que sea en función de los estados de conciencia y función del proceso consciencial y evolutivo. Todo acontece porque lo estamos creando generando provocando y atrayendo para impulsar nuestro recuerdo el recuerdo de lo que somos, el despertar como lo queráis llamar, el impulso de nuestro proceso confidencial y evolutivo.
Vivir sin quejas es la plasmación de la iluminación que ya somos. Vivir sin quejas es confianza en la vida, aceptación plena y a partir de ahí lo único que se siente lo único que se percibe es una enorme paz, mucha paz y esa energía es la que nos rodea y esa energía es lo que somos.
Todo lo que está ocurriendo en nuestra vida, todo lo que está ocurriendo en la vida de los demás, todo lo que esté ocurriendo en el mundo es perfecto, todo es exactamente como tiene que ser, todo se corresponde con procesos evolutivos y conscienciales profundos, potentísimos.
Tan profundos y tan potentes que nuestra mente jamás podrá percibir, lo único que tenemos que hacer para percibirlo es dejar la mente un lado y ver la vida y entender la vida desde el corazón e inunda la paz, y vemos que la paz no hay que conseguirla, que no hay que luchar por la paz, que ya está aquí porque todo es paz, porque todo es perfecto, tan perfecto que ni siquiera se puede calificar de perfecto, porque llamar algo perfecto supone reconocer que hay algo imperfecto, y es que no hay nada imperfecto, con lo cual la palabra perfección tampoco cabría utilizarla, pero en fin para entendernos coloquialmente todo es exactamente cómo tiene que ser, todo acontece exactamente cómo tiene que acontecer. Cada ser humano tiene un determinado estado de consciencia el estado de conciencia es como vemos la vida, la nuestra y la de los demás. Como vemos la muerte, como contemplamos ese momento que llamamos muerte, es cómo sentimos, cómo percibimos la divinidad, es como vemos el mundo, es como vemos las cosas, todo dependerá de nuestro estado de consciencia, todo eso engloba, constituye y configura el estado de consciencia, pues bien ese estado de consciencia tiene varias características la primera que cada uno tiene el suyo .
Millones de seres humanos, millones de estados de consciencia. No hay dos personas con el mismo estado de consciencia, cada uno tiene su estado de consciencia. Ese estado de consciencia además de ser el de cada uno tiene otra característica, que evoluciona, que no es permanente sino que está en evolución. Fijemonos en nosotros mismos. Nuestra vida hoy día de 27 de agosto de 2018, no vemos la vida de la misma forma que hace un año, que hace dos años, que hace cinco años, que hace diez años, o que hace diez días a lo mejor, porque por la vía de las experiencias, el estado de consciencia, va evolucionando, por tanto no sólo es que cada uno tenga su propio estado de conciencia sino que el estado de conciencia de cada uno es variable, va evolucionando, es cambiante no es permanente. Cuando vemos a una persona, esa persona tiene su estado de conciencia que no es el mío, es el suyo, y su estado de conciencia merece el mismo respeto que el mío. Faltaría más y bajo ningún concepto, yo puedo suponer que que yo estoy más evolucionado, que mi estado de consciencia es mejor. El estado de conciencia de esa persona, es el de esa persona y el tuyo es el tuyo, y el tuyo está en evolución, y el de esa persona está en evolución, y por tanto aceptación y respeto.
Nos cuesta mucho trabajo con nuestros seres queridos por cierto, no resulta mucho más fácil aceptar que cada cual está en su proceso consciencial y evolutivo, hablando de gente lejana que hablando de gente cercana. A la gente cercana es como si quisiéramos cambiarla, como si quisiéramos convencerla… -Pero como mi pareja no se da cuenta de esto… -Como éste ser querido no se da cuenta de esto… Oye vamos a relajarnos, ese ser querido tiene el estado de conciencia que le corresponde tener en función de su proceso consciencial y esta en que evolución, apoya que se expanda, apoya que crezca a su ritmo, no agobies, no origines estrés, permite que las cosas vayan a su ritmo. Es como se lo permitimos a la naturaleza. A la naturaleza no podemos darle gritos, a las flores para que crezcan antes que le corresponda, o para que el trigo germina antes de que le corresponda, no, aceptamos los procesos naturales, aceptamos la evolución.
Hagámoslo también con los seres queridos, hagámoslo también con otros congéneres, permitamos que los procesos concienciales y evolutivos de cada uno, se vayan desplegando al ritmo que a cada uno le corresponde, al ritmo que en su proceso consciencial y evolutivo de cada uno, modificándose, variando en el tiempo. El estado de conciencia tiene otra característica y es que se puede detectar y no a través de la mente. Ustedes detectar mi estado de consciencia y yo puedo detectar el de ustedes, no para calificar, no para decir si es bueno o es malo, no para decir si está bien o está mal, eso es mente, sino simplemente porque puedo percibirlo, porque puedo sentirlo como ustedes pueden sentir y percibir el mío, porque el estado de consciencia lanza una vibración una frecuencia, una vibracional determinada según el estado de consciencia en el que estemos lanzamos una determinada frecuencia vibracional y cómo siendo.
Millones de seres humanos, millones de estados de consciencia, eso significa que cada ser humano vibra en su propia frecuencia. Hay estados de consciencia que se parecen más vibracionalmente, que tienen mayor sintonía y estados de conciencia que tienen menor sintonía, menor armonía. No son ni mejores ni peores sino que hay personas que su vibración se parece más a la mía y personas y están en su derecho, que su estado de consciencia se parece menos a la mía. Ni mejor ni peor, son diferentes, son distintos, y eso lo percibimos, claro que lo percibimos.
Gracias
Namaste