Generalmente cuando
hablamos de tomarnos un café, la idea central es una pausa, un momento de
reposada lectura, una ventana de paz, de quietud reconfortante, de creatividad,
o de una conversación sana y alegre cuando ese café es compartido. Un paréntesis
en la agitada vida cotidiana.
¿Te imaginas como sería
tomarse un café con Buda, con el propio Jesús, Gandhi o con otro tan importante
personaje?
He formulado dicha
pregunta a algunos amigos y he tenido una gama variada de respuestas
interesantes, por ejemplo, algunos cambiarían el café por una copa de vino o
una cerveza junto a un buen trozo de carne asada. Otros le invitarían a alguna
cena iluminada o ayúrvedica, cuya receta bajada de internet sería lo correcto.
Pero ¿cuál sería la conversación? Para algunos
una buena oportunidad de ayuda en los negocios, para otros la solución a
problemas de salud o familiares; “son tan poderosos que pueden hacerlo”, dicen.
Sólo unos pocos estarían dispuestos a compartir en silencio, en el verdadero
silencio donde existe el diálogo verdadero, esencial y contemplativo dejando de
lado el discurso egocentrado donde sólo hablaríamos de nosotros, de nuestro
heroísmo iluminado con el cual terminaríamos dándole un sermón a nuestro
contertulio. De ser así, me imagino que nos mirarían con la infinita paciencia
y amor de siempre y escucharían lo que tenemos que decir con tal silencio, que
haría posible que nosotros también escuchemos lo que platicamos y tomemos
conciencia de lo que decimos.
Que confusión, que falta de delicadeza y
agradecimiento, solo hablamos desde la carencia. No tengo, me falta, no puedo,
no es justo (cuando juzgamos) y un largo etc etc etc…¿tanto necesitamos para
vivir…? No respondas desde la carencia sino de la vida misma. ¿sabes lo que une
lo visible con lo invisible, lo que tiene yo y lo que carece de yo…? El amor.
Quien verdaderamente se sumerge en el da un salto desde la carencia a la
infinitud del alma. Es un liberado. Pero la respuesta que más llamo mi atención
fue la de mi amigo M.T, tomándose un café con Jesús, personaje que siempre le
ha llamado la atención, piensa él que le diría:
-"Disculpa amigo,
no se qué decirte, siempre pensé que no existías..."
Y añadió:
-'Te han ocultado en
teologías incomprensibles...leí sobre ti, si, y escuché también hablar de
ti...pero...en fin, nunca pensé que existías, nunca nada me convenció…"
Leí, escuche, me
contaron… pareciera que es nuestra única percepción de las cosas.
La espiritualidad debe
acercarse al hombre, a la calle, al café de la esquina, a la feria, al hombre
común y corriente que de seguro está más capacitado para descubrir en
profundidad lo que otros creen saber porque escucharon o leyeron. En uno de los
libros de M.S. Dice refiriéndose a su maestro iniciador; "el maestro no
decía vamos a concentrarnos, vamos a meditar" como lo hacen en las
escuelas iniciáticas, decía "vamos a entrar en combate". Y aunque en
lo personal no estoy muy de acuerdo con esa expresión, pues no hay combate sin
un dejo de violencia, añade algo que comparto plenamente, aunque con una
pequeña brisa de oposición personal con la palabra "combate": “Es
mucho más apropiado, pues combatir es sumergirse en el mundo interior, para
luchar ahí con fuerzas y obstáculos que se nos oponen, con nuestras propias
debilidades y temores, con el mismo “yo”, con corrientes desconocidas y hasta
con seres de otro mundo”.
En la nueva energía la
lucha o el combate, es con la resistencia de dejar aquello que nos hace sombra.
No combatimos con “otro ser” sino que con los apegos que nacen de creencias
egodolientes.
En la nueva consciencia
compartir un café con Buda, Jesús o Krishna, o con algún otro maestro de los
ascendidos es posible y al alcance de todos. Es una conversación consigo mismo,
sin falsedades, sin adornos, sin nada que sea externo o que te haga recordarlo
siquiera. Es un paso a lo verdadero y esencial, un momento de reencuentro con
la vida que se transforma en existencia, existencia que se extiende a otras y
nuevas dimensiones que están ahí, dentro de la gran inmensidad donde flotamos.
Fuente: esencialistica.blogspot
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